En el contexto actual en el que la
mejora de la calidad de nuestra educación es tan necesaria como compleja, vamos
a hablar de la importancia de la participación familia en el éxito educativo de
sus hijos.
¿Quieres saber las consecuencias de la
participación familiar en la escuela sobre el éxito educativo? No te pierdas
este post y sigue leyendo.
La colaboración de las familias en la
escuela crea cohesión entre el entorno familiar y el educativo, fortaleciéndose
el vínculo y la cooperación entre los dos agentes. Las familias que están implicados en la escolaridad
de sus hijos les ayudan a hacer los deberes, se aseguran de que llevan el
material al centro y asisten a las reuniones de padres y con el tutor. Esta
implicación de las familias mejora las posibilidades de conseguir el éxito
educativo, favorece la autoestima de los niños y jóvenes, mejora las relaciones
entre padres e hijos y mejora la actitud de los padres hacia la escuela.
La familia y la escuela deberían
trabajar de forma coordinada para que los niños y jóvenes pudiesen desarrollar
sus habilidades, competencias básicas, responsabilidades y valores.
Desafortunadamente, la implicación de las familias en el entorno educativo de
sus hijos es diferente en función del tipo de familia y del ciclo educativo del
hijo. Las familias con mayor nivel de estudios son las que tienden a participar
más activamente en el entorno escolar. La participación de los padres en el
contexto escolar tiende a disminuir a medida que los hijos se hacen mayores,
delegando la responsabilidad de la educación sobre el centro educativo.
El paso de la Primaria a la Secundaria
es un momento de discontinuidad entre la vida escolar y la familiar. Es en este
punto en el que los padres comienzan a desconocer quién es el referente para
poder hablar sobre sus hijos. Los chicos, por su parte, tratan de aprovechar
ese desconocimiento de sus padres y, si sus padres no admiten este hecho, ellos
tampoco se molestan.
Pero, ¿cómo puede conseguirse una mayor
implicación de las familias en la educación de sus hijos? Por un lado, algunos
padres no lo hacen por una cuestión de pasividad, y por el otro es debido a su
desconcierto en el modo de participar. Por este motivo, voy a ofrecer una serie
de consejos que los centros podrían poner en marcha para favorecer la
participación real y efectiva de las familias, pudiendo ofrecer información
clara que permitiese a los padres escuchar y participar en la toma de
decisiones con su opinión.
En primer lugar, es imprescindible
aprovechar los nuevos canales de comunicación que ofrecen las nuevas
tecnologías para intercambiar información. Además, los centros no deben
proporcionar exclusivamente información a las familias, deben ofrecerles
oportunidades para comunicarse para adaptarse a las necesidades y problemas
concretos por cuestión de compatibilidad.
En segundo lugar, las administraciones
locales deben ayudar en la formación de las AMPAS de las escuelas con menos
recursos para impulsar y proponer actividades que ayuden a la formación de
lazos entre familia y escuela.
En tercer lugar, los padres pueden
ofrecer una gama de actividades, como charlas o talleres, para explicar a los
alumnos a lo que se dedican. Este caso es especialmente interesante para
integrar a las familias inmigrantes, que podrían hacer estas actividades para
dar a conocer la cultura típica de su país, creando una relación de confianza
entre el centro, la familia y el resto de la comunidad educativa.
Todos estos consejos ayudarían a mejorar
la relación entre entorno familiar y escolar, pero para que todo esto sea
posible es necesario, en primer lugar, que los padres reconozcan y asuman el
grado de responsabilidad que tienen en la educación de sus hijos y, en segundo
lugar, mejorar la comunicación entre las familias y la escuela.
¿Se te ocurren más ideas para fomentar
la participación de la familia en el contexto educativo? Déjame tu comentario.
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